Premio Hospital Infanta Leonor

El Hospital Infanta Leonor, premiado por la Academia Española de Dermatología

El Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Infanta Leonor ha sido premiado por la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) con el galardón ‘Dermatólogos desde el corazón’ por un proyecto de formación multidisciplinar en el cuidado de úlceras crónicas en piernas dirigido al personal sanitario de residencias de mayores y discapacitados físicos.

La iniciativa, denominada ‘Por unas piernas sin heridas’, está liderada por la Dra. Elena Conde Montero y el Dr. Pablo de la Cueva Dobao, adjunta y jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Infanta Leonor, junto a la Dra. Celia Horcajada Reales, dermatóloga del Hospital de Fuenlabrada. El germen de esta iniciativa es el trabajo que se viene desarrollando desde hace dos años en la Consulta de Heridas del Centro de Especialidades Vicente Soldevilla, en Vallecas, bajo el impulso de la Dra. Elena Conde Montero junto con el personal de Enfermería.

El proyecto fue seleccionado como el mejor de entre 24 candidaturas presentadas a nivel nacional, por su objetivo de mejorar la calidad de vida de pacientes con patología dermatológica. Este reconocimiento fue entregado durante la XXVIII edición del Congreso Nacional de Dermatología Estética, celebrado en Santiago de Compostela.

Talleres de formación presenciales

La iniciativa está dirigida a mejorar el manejo de las heridas crónicas que afectan a las piernas en centros residenciales, desde un planteamiento psicoeducativo y práctico, a través de talleres presenciales. Sus promotores argumentan que las úlceras crónicas son una patología muy prevalente, con un impacto psico-sanitario infraestimado y una escasa implicación del dermatólogo. Y que en muchos casos son motivo de aislamiento social para los pacientes afectados. De ahí que quieran abrir esta nueva línea de trabajo.

“Es el momento de implicarse y de romper las barreras entre los especialistas en heridas y los cuidadores de centros residenciales, que son los que realizan las curas y no siempre están formados adecuadamente”, explican.

El objetivo final es que los pacientes afectados por úlceras crónicas reciban el mejor tratamiento por parte de sus cuidadores en residencias.

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