Árboles de nuestro barrio: El Olivo

Foto: José María Carrión Martin

Nombre científico: Olea europea

Hoja: verdes por el haz y blanquecinas por el envés. Persistentes y elípticas.

Flor: Menuda

Fruto: Aceituna, pequeña drupa ovoide, de sabor muy amargo, color verde amarillento, pulpa oleosa cuando ha llegado a completa madurez y con un hueso que encierra la semilla.

Árbol oláceo, originario de Oriente, con tronco torcido, copa ancha y ramosa. El Olivo se ramifica a escasa altura y sus ramas tienden a dispersarse. Requiere mucho sol y rehuye la humedad. El suelo debe ser profundo pero seco. Son árboles de crecimiento lento, pero tienen un gran cualidad: cavando cuidadosamente y empaquetando sin dañar sus raíces, se puede trasplantar sea cual sea su edad. La madera del olivo es muy dura pero fácil de pulir e ideal para tallar utensilios. Este árbol aúna la elegancia con la robustez. Su vida es tan dilatada como la del tejo, y aunque es un árbol nudoso y retorcido, posee la delicadeza de sus pequeñas hojas de plateados reflejos. Las aceitunas destinadas para la obtención de aceite se recolectan maduras y las destinadas al consumo, a medio madurar. Las primeras son machacadas primeramente con una muela de piedra y luego prensadas, como los racimos de uva. La ,ejor imitación del olivo que puede verse es el ligustro o alheña, un árbol de hoja perenne muy popular en los tiempos victorianos. Su porte es muy similar al del olivo, únicamente su color es un verde más oscuro.

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